El mercado ve a un gobierno más amigable de cara a la renegociación nacional

El mercado ve a un gobierno más amigable de cara a la renegociación nacional

La saga de la deuda bonaerense dejó una señal clara para los inversores: el nuevo Gobierno está dispuesto a hacer grandes esfuerzos para evitar un default. Dado el poco tiempo que queda hasta la fecha límite del 31 de marzo, el ministro de economía Martín Guzmán no podrá hacer una oferta tan agresiva.

Todo el intento de postergación del pago de la deuda bonaerense dejó, hasta este momento, la pieza de información más relevante que hasta ahora ha podido conocer el mercado de cara a la renegociación de la deuda soberana que se viene. A pesar de su prédica poco amigable con el mercado, el Gobierno de Alberto Fernández no parece dispuesto a caer livianamente en default. Esto abre la posibilidad de una reestructuración de deuda más favorable para los inversores.

La estrategia para el intento fallido de postergar el pago de deuda de la provincia de Buenos Aires estuvo coordinada. Tanto el presidente Fernández como el ministro de Economía, Martín Guzmán, habían dicho repetidas veces que las negociaciones de la Nación y la provincia estaban coordinadas. En los hechos, el caso bonaerense fue una prueba piloto para lo que se viene en materia de reestructuración de la deuda del Tesoro nacional.

Y la prueba piloto deja lecciones claras. El Gobierno no tiene la posibilidad de hacer una oferta demasiado agresiva si aspira a evitar el default. Necesita que una porción importante de los bonistas, entre el 65% y el 75% según cada bono, acepten la propuesta de reestructuración.

Más si, como ya aclaró Fernández, el 31 de marzo es la fecha límite para cerrarla. Los vencimientos que siguen son imposibles de pagar. No se puede correr el riesgo de dilatar demasiado las conversaciones. Y más aún teniendo a mano la herramienta de poder separar los arreglos con bonistas tenedores de papeles ley extranjera y ley local.

Las perspectivas para el mercado mejoraron y mucho. De ahí el repunte de los bonos y el retroceso del riesgo país por debajo de los 1.900 puntos.